Se fortalece la investigación meteorológica en el arrecife Wellington de Galápagos

[vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_column_text]La Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), Fundación Charles Darwin (FCD) y la organización filantrópica Aqualink, colocaron una boya meteorológica cerca del arrecife Wellington, al norte del archipiélago, con el objetivo de recoger información sobre diferentes parámetros atmosféricos y oceanográficos de gran importancia para entender los cambios que sufren los ecosistemas de Galápagos ante las alteraciones climáticas.

El arrecife Wellington, el único estructural de Galápagos, sobrevivió a los eventos climáticos de El Niño Oscilación Sur (ENSO), ocurridos en 1982 y 1983, en el cual murieron el 97% de los arrecifes coralinos del archipiélago, por lo que este espacio es de alta importancia para los científicos y técnicos, ya que alberga uno de los ecosistemas marinos más diversos de las Islas.

La información emitida por la boya meteorológica, colocada en marzo, alertó sobre el aumento de la temperatura en la zona, un grado centígrado más (+1°C) del límite universal para blanqueamiento de corales, lo que generó preocupación, pero la aparente presencia de aguas frías localizadas contribuyeron a reducir la temperatura en el arrecife. En el mes de abril, las anomalías térmicas se intensificaron con la presencia de temperaturas altas y persistentes por lo que se planifica un viaje en las próximas semanas para evaluar la salud de los corales.

“Estudios recientes sugieren que la presencia de flujos de agua fría en la zona norte del archipiélago ha ayudado a la supervivencia de los corales en extremas temperaturas, lo que resulta alentador para estas especies. Como autoridad ambiental hemos implementado otras medidas que contribuyan a la restauración de estos ecosistemas como el proyecto experimental de siembra de corales en las bahías donde existieron estas especies”, señaló Danny Rueda, director del PNG.

“Los esfuerzos de conservación e investigación por parte de la DPNG y la FCD para reforzar la capacidad de recuperación de los ecosistemas de los arrecifes mediante actividades como la restauración de arrecifes, la identificación de especies tolerantes y los factores de perturbación son prioritarios para combatir los impactos del cambio climático”, mencionó, Inti Keith, científica principal de la Fundación Charles Darwin.

Históricamente en Galápagos existían 17 arrecifes estructurales distribuidos en las diferentes bioregiones. El evento de El Niño de 1982 y 1983 los llevaron al borde de la
extinción, especialmente en la zona central del archipiélago. La autoridad ambiental mantiene el monitoreo sobre estas especies e implementa proyectos para recuperar las poblaciones.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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