Maquinaria con logos de la Prefectura de Azuay realizó trabajos de adecuación donde se efectuó el controversial bingo millonario, que en esta edición tuvo menos asistentes, en comparación con años anteriores. Esto pese a que otras autoridades manifestaron un criterio distinto, como en Machala, donde prohibieron la venta de las tablas. El burgomaestre aseguró que la actividad fue solidaria, aunque días atrás señaló que su único propósito era financiar varias festividades del cantón, y que fue organizada por una fundación de otra ciudad. En cuanto a los premios entregados como vehículos nuevos, dinero en efectivo, electrodomésticos, entre otros, ninguna autoridad especificó su originó. Al final, el bingo se desarrolló sin mayores novedades, incluso con la presencia del gobernador de la provincia, de principio a fin.
Nota: Alfonso Reyes Cruzatty