¿Cómo proteger la salud de tu hígado? Sigue estas recomendaciones 

[vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_column_text]El hígado es un órgano vital y está considerado como un verdadero laboratorio bioquímico en el cuerpo humano. Cumple más de 500 funciones diferentes, entre ellas: la depuración de sustancias tóxicas, el control del sistema de coagulación de la sangre, el control del sistema inmunológico; está inmerso en todos los procesos de metabolismo de nuestro organismo, aporta al almacenamiento de vitaminas y de glucógeno (glucosa de reserva) en forma de azúcares para generar la energía que necesita el cuerpo, ayuda a la formación de bilis y los procesos digestivos, entre otros beneficios para la salud.

Al tratarse de un órgano multifuncional, mantenerlo sano es muy importante para evitar alteraciones o desequilibrios en el organismo, como por ejemplo: problemas de coagulación, irregularidades en los procesos hormonales, inflamación de los canales biliares, problemas digestivos, etc. Es por ello que el Dr. Gregory Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó, comparte a continuación importantes recomendaciones para proteger la salud del hígado y evitar complicaciones futuras.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_column_text]

Pautas para el cuidado del hígado:

 

1.    Mantener una buena alimentación: Es importante llevar una dieta equilibrada y saludable, acompañada de una ingesta apropiada de verduras, legumbres, frutas y cereales. Esto ayudará al hígado a mantenerse en buen estado y libre de toxinas.

 

2.    Moderar el consumo de grasas: El consumo excesivo de grasas altera la función metabólica del hígado, lo que puede desencadenar en una inflamación o la obstrucción de los canales biliares. Por ello, el especialista médico de Laboratorios Bagó, recomienda que la cantidad de ingesta de grasas sea controlada, con un consumo de entre 40 a 70 gramos, lo que equivale al 20 o 30% del total de las calorías requeridas diariamente. También, es importante elegir aceite de oliva y buscar otras alternativas de preparación que no sean fritas.

 

3.    Beber grandes cantidades de agua: Algunos procesos metabólicos necesitan de la presencia de hidrógeno y oxígeno, mismos que se obtienen del agua, a través de un proceso llamado hidrólisis. Es muy importante recordar que este proceso es inversamente opuesto a la formación de agua, por ello se requiere un consumo adecuado de la misma. Además, mantener una buena hidratación facilita al hígado a liberarse de toxinas que nuestro cuerpo no necesita.

 

4.    Evitar el consumo de alcohol:  Se sugiere eliminar el consumo de alcohol por completo, ya que el exceso del mismo puede generar daño hepático severo (cirrosis).

 

5.    Controlar la ingesta de medicamentos: De acuerdo con el Dr. Celis, el consumo de medicamentos solo debe ser orientado bajo prescripción y vigilancia médica. El abuso de los mismos por automedicación puede desencadenar en una falla hepática. Además, se recomienda evitar el uso de medicamentos que producen toxicidad al hígado (hepatotoxicidad), como por ejemplo el paracetamol en dosis muy elevadas, sustancias como los pesticidas, etc.

 

6.    Mejorar los procesos de producción de bilis: Una buena producción de bilis ayuda a metabolizar los ácidos grasos y a mejorar nuestra digestión. Existen medicamentos que nos ayudan a mejorar los procesos de producción de bilis como es el caso de Bagóhepat, compuesto de Ácido Dehidrocólico (100mg) y Cynara Escolymus (100 mg). Es un excelente colerético (estimulador de la producción de bilis), colagogo (facilita la expulsión de la bilis retenida en la vesícula), características que lo convierten en un hepatoprotector seguro y eficaz; al fluidificar la bilis y facilitar su expulsión evita la formación de cálculos biliares.

 

7.    Tener cuidado con las dietas detox: El término detox significa que una persona se abstiene del consumo o elimina de su cuerpo sustancias tóxicas o poco saludables. Desde el punto de vista del consumo de antioxidantes, frutas, verduras, y evitar la ingesta de licor se puede decir que sí es recomendable, siempre y cuando la persona no deje de alimentarse apropiadamente. Lo que no es correcto, enfatiza el Dr. Celis, es considerar que “las dietas detox” reemplazan los nutrientes necesarios que requiere el organismo. El abuso de este tipo de dietas puede traer varios peligros como la pérdida de masa muscular, la generación de cálculos renales, la falta de minerales y vitaminas, el consumo de sustancia artificiales convencidos que son de origen natural, etc. “Hay más inconvenientes que beneficios si no equilibramos lo que ingerimos”, señala el especialista.

 

8.    Hacer ejercicio de forma regular: Mantener una vida activa con la práctica regular de ejercicio ayuda al buen funcionamiento de todos los órganos, y por tanto, contribuye a mantener un organismo saludable.

 

9.    Visitar al médico: Siempre se recomienda una visita al médico por lo menos una vez al año, no solo para cuidar nuestro hígado sino para cuidar todo nuestro cuerpo.[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_column_text]

Síntomas de alerta:

 

Dr. Celis, Director Médico de Laboratorios Bagó explica que las principales señales de alerta de que el hígado no está funcionando de manera adecuada, son las siguientes:

●      Cansancio

●      Falta de ganas y ánimo para hacer ejercicio o actividad física

●      Color amarillento en la piel o en la parte blanca de los ojos

●      Orina de color obscuro

●      Picazón en la piel sin causa aparente

●      Pérdida del apetito

●      Náuseas o vómitos

●      Hinchazón y dolor abdominal

●      Sangrados esporádicos

●      Moretones que aparecen ante un golpe leve

Frente a estas señales, es importante acudir a un médico especializado y realizar los exámenes respectivos para determinar el estado actual del hígado e iniciar el tratamiento más adecuado.

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